A pesar de encontrarme desde hace unos años ya sin trabajo, la verdad es que una siempre tiene cosas que hacer y el viernes estuve desempeñando una labor de pastora en el sentido literal de la palabra, es decir, que estuve dando de comer a unas ovejas, y claro, después del esfuerzo vinieron las consecuencias, un terrible dolor en el cóxis que apenas me permitía sentarme, pero claro, por la noche tenía otra ocupación, ir a la Adoración Nocturna. Sólo pensar en estar sentada en esos bancos tan duros, madre mía, se me ponían los pelos de punta, pero ahí me fui yo, valiente, a aguantar el suplicio de estar sentada unas horitas, y la verdad, es que el sacrificio merece la pena.
Hoy estoy bastante dolorida, pero bueno, no pasa nada, ya se pasará, y sino, pues pensaré en no volver a sentarme en una temporadita, jajaja.
domingo, 18 de abril de 2010
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