Hoy ha sido uno de esos días en que te levantas y no paras de hacer cosas, pero no me siento cansada, al contrario, estoy feliz.
Si, estoy feliz, a pesar de comprobar a diario, que hay muchas personas mayores solas en el mundo, que tienen hijos, nietos, sobrinos,..., y demás familiares, que no tienen ni cinco minutos de su tiempo, para sacar una sonrisa de ellos y darles un poco de cariño, en cambio, como bien dice mi amigo Trapero del Tiempo, se pasan la semana pensando en que llegue el sábado, para ir a tomar unas copas.
¡Qué está pasando! ¿Es que ya no queda ni una sola gota de sangre en las venas? Menos mal que aún quedan personas (pocas) que prefieren pasar la tarde con uno de ellos, aunque no sea de su familia a cambio de una sonrisa, aunque para ello tengan que sacrificar su tiempo libre.
Os animo a que seais una de esas personas, para que comprobeis en vuestra carne, lo gratificante que es, ver como se ponen tan felices con tan solo una llamada, una caricia o un abrazo.
Yo estoy feliz porque he conseguido muchas sonrisas hoy. Animaros de verdad os lo digo a buscarlas y vereis que felices os sentis, por saber que aquel que decía no tener vida, ahora dice que tú se la llenas con tu compañía.
No los dejemos solos, algún día si Dios quiere llegaremos a ser como ellos y no nos gustará vernos en su situación, ¿verdad?
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