lunes, 22 de febrero de 2010

Mi mejor amigo

Desde hace ya algún tiempo, me he dado cuenta de lo superficial que suelen ser muchas veces las amistades. Crees, que porque tú das o crees dar todo por los amigos, ellos también lo van a hacer por ti. Siento afirmar que nada más lejos de la realidad, que cuando se trata de pasarlo de fábula por ahi todo el mundo está dispuesto, pero cuando se trata de darte apoyo y cariño, cuando ya no eres tan divertido porque estás pasando por malos momentos casi todo el mundo escapa.

Hace unos años, yo me fui a trabajar fuera con el objetivo de progresar, pero la experiencia no fue buena y me volví a mi tierra, pero esta vez no sola como me fui, sino acompañada de una depresión que duró casi dos años. Sí, digo duró porque a día de hoy ya no la tengo y eso gracias a MI MEJOR AMIGO, ese que nunca me abandona, el que si estoy alegre está conmigo, pero si estoy agobiada por muchos motivos y no soy buena compañía sigue ahi, a mi lado, sin separarse ni un instante, y os lo voy a presentar, es Dios. Él, me ha dado fuerzas para tirar para adelante, aun cuando se me acumulan los problemas, yo simplemente hablo con Él y siempre me encuentra una solución.

El pasado viernes quise agradecerle todo lo que diariamente hace por mi, y después de darle muchas vueltas, porque para seros sincera me costó mucho, decidí que la noche del viernes, en lugar de ir con mi novio al cine, o a dar un paseo, la iba a pasar Adorando a mi Señor. Había Adoración nocturna femenina en mi preciosa parroquia Nuestra Señora de Fátima, y allí me fui yo.
He de confesar que fue una experiencia muy gratificante para mi y desde luego si nada me lo impide, voy a repetir.

Con esto sólo quería expresaros que aunque al principio empecé diciendo que los amigos tarde o temprano te acaban defraudando, si que es verdad que sí hay uno que nunca lo hace: MI MEJOR AMIGO.

¡Que Dios os bendiga a todos los que leeis este humilde blog, y los demás también!

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